Para que existiera el sonido tuvo primero que ser escuchado, asimilado y emitido por el hombre, una vez descubierta la sonoridad, surgió en él la necesidad de expresar con ella las ideas y experiencias adquiridas.
Otro personaje que se ocupaba del sonido fue Thomas Alva Edison quien en 1877 logró registrar su propia voz a través de un dispositivo cilíndrico compuesto por un conjunto de capas de láminas de estaño en las que se almacenaba la información en surcos. Dicho dispositivo no sólo registraba el audio sino que también podía reproducirlo. Había nacido el fonógrafo.

En 1881 el científico e inventor Alexander Graham Bell en compañía de Chinchester Bell y el físico Charles Sumner Tainter, diseñaron un nuevo soporte, el disco de surcos de corte lateral que fuera reproducido en el aparato denominado gramófono.
Posteriormente, en 1885 el inventor de origen germano Emile Berlines, introdujo el disco de goma dura vulcanizada a partir de un ejemplar original de zinc. Dicho ejemplar se realizaba superponiendo sobre el zinc una capa de cera, después eran marcados los surcos del registro en los cuales la aguja iba retirando la cera y dejaba al descubierto el metal. A continuación se le aplicaba un producto que corroía el zinc, dejando los surcos oxidados y las otras zonas a salvo gracias a la protección de la cera, finalmente la cera era retirada. Este soporte apareció junto al gramófono que era el encargado de reproducirlo.

El danés Valdemar Poulsen es quien en 1898 logra hacer el primer registro de sonido magnético por medio del telegráfono, que consistía en un micrófono que convertía las ondas sonoras en variaciones de voltaje. Estas señales hacían girar un cilindro que tenía enrollado de manera helicoidal un hilo de acero. El carrete cilíndrico giraba bajo un electroimán. En el proceso, registraba la variación de intensidad de un campo magnético sobre un hilo de acero, donde quedaban grabadas zonas de distinta magnetización.

Un soporte que sobrevivió y se desarrolló en el siglo XX es el disco de vinilo o vinil, el cual se graba de acuerdo a un complejo proceso mecánico analógico. Estos discos se editaron en cuatro velocidades: 16, 33, 45 y 78 revoluciones por minuto y en diámetros de 7, 10 y 12 pulgadas. En función de su diámetro y número de canciones por cara recibían distintas denominaciones.

Para la década de 1960 y gracias a la comercialización de los soportes, nace con éxito el audiocasete compacto o casete, introducido por la empresa Philips. El casete consiste en dos carretes miniatura, entre los cuales se pasa una cinta magnética resguardada por una caja plástica protectora. En la cinta están disponibles dos pares de pistas estereofónicas, una por cada cara, dicha cinta es leída por el reproductor de casete. Este soporte se transformó en la alternativa re-grabable del disco de vinil durante la década de 1970.

En las siguientes épocas vendría un fenómeno comercial entre las dos más grandes empresas de electrónica, la holandesa Philips y la japonesa Sony. Ambas luchaban por comercializar sus productos cada vez más avanzados tecnológicamente hablando y fue así que uniendo fuerzas crearon el disco compacto o CD en 1970. Este nuevo avance sería presentado al público un año después y alcanzaría la cumbre hasta la década de los noventa. El CD es un soporte digital óptico utilizado para almacenar todo tipo de información: audio, fotos, video, documentos y otros datos.

La tecnología más reciente y la más popular entre la sociedad es el MPEG-1 Audio Layer 3 o MP3, a pesar de que la patente de este formato apareció en 1987, no fue hasta sino hasta 1995 cuando Karlheinz Brandenburg lo usara por primera vez. El audio digital comprimido de pérdida desarrollado por el Moving Picture Group (MPEG) es capaz de introducir información de audio comprimida en una memoria, sin embargo ésta es de pérdida por lo cual no puede recuperar su forma original. Puede ser leído debido a un software que transforma los códigos durante la compresión en una señal eléctrica para poder ser escuchada.